Huevos mármol: Mezcla aproximadamente 1 cucharada de aceite (oliva o vegetal) con el tinte para huevos en un bol.
Introduce el huevo y enseguida sácalo, para ver el efecto «burbuja» creado por la incompatibilidad entre el aceite y el agua.
Repite las veces que quieras.
Huevos goteo: Deja caer encima del huevo blanco un poco de cera derretida de una vela.
Déjalo secar e introduce el huevo en colorante.
Después de sacarlo se quita la cera con papel de cocina para introducirlo en otro color, o dejarlo, como prefieras.
Huevos batik: Con una cuchara pequeña o con un cuchillo, «dibuja» un diseño en el huevo con un poco de cola blanca.
Déjalo secar.
Luego pon el huevo a remojar en tinte, hasta conseguir el tono deseado.
Saca el huevo, y retira la cola blanca solidificada.
Se puede repetir con otros colores para crear un efecto psicodélico.
Huevos glamour: Después de teñir el huevo del color deseado, adórnalo con confeti, lentejuelas, encaje, cuentas, dibujos, etc.
Huevos modernistas: Pega trozos de cinta adhesiva al huevo antes de ponerlo en el tinte.
Deja secar el huevo, retira los trozos de cinta, y luego repite con más cinta y otro color de tinte.
Sigue hasta conseguir un efecto cubista muy moderna.
Huevos pintados: Con pinturas acuarela o acrílica y un cepillo fino, se puede pintar los huevos con una infinidad de diseños.
Huevos esponja: Con una esponja, aplica varias capas de pintura acrílica.
Queda muy bonito si empiezas con tonos oscuros y terminas con tonos claros.
Huevos crepé: Corta formas de papel crepé (¡o se puede utilizar nuestras guirnaldas!), remójalas y pégalas al huevo blanco.
Deje las formas reposar media hora, luego retíralas.
Si desea, puede seguir con otras capas de formas y colores.
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